La carne se erizaba en este décimo encuentro de Masuno en Escena.
Pudimos disfrutar de una mágica actuación en la que músicos y bailarinas improvisaron invocando la lírica del universo.
Preciosos ambientes sonoros que propiciaron la dulzura y la complicidad del movimiento con cuerpos danzantes que se recreaban en el espacio. Pudimos disfrutar con la aparición inesperada de un espectador impulsado por una de las bailarinas. Todo ello propició un final cargado de emotividad y sinceridad.
Un festejo lleno de calor humano.