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lunes, 25 de abril de 2011

4ª&Vencida: Texto crítico y fotos.




4ª&Vencida

4ª&Vencida es una convocatoria colectiva de residencias de la Cía.lamariMorena, junto con La Asociación Menosuno, que lanzaron en el mes de marzo. Durante 4 días de residencia cada compañía (4gatosBaixochan, David León y Cia. Mari Morena) han trabajado en Espacio Joven, Aula de danza Universidad Carlos III y Menosuno. El 8 de Abril tuvimos la oportunidad de ver en Masuno en escena el trabajo en proceso de la 4ª&Vencida.


El primer trabajo en proceso que se presentó fue de Cia. Mari Morena con “Vehemencia”. Desde una estructura muy ordenada y clara presentaron un esbozo del material que surgió durante su investigación. Los cuadros entre una pieza y otra se resolvieron desde la luz, el sonido y la claridad de las creadoras al cambiar de material. Pudimos ver bocetos que se basaban en la utilización de determinados objetos de la vida cotidiana (abrigos, zapatos, teléfonos…).


La utilización de estos fue nada convencional y con una idea narrativa muy clara, aunque a veces creaba un contraste demasiado fuerte. Me refiero a que el objeto en sí nos daba muchísima información de ese cotidiano y por el hecho de utilizarlo de forma abstracta y figurativa se perdía el propio interés de éste, tranformando la pieza en una investigación de posibilidades con el objeto. Gracias a la clara presencia de las creadoras el interés se generó, pero no tanto por el material que utilizaron, sino por el sentido que tenía para ellas. Por ello reflexionamos acerca del enorme interés que suscita ver un trabajo en proceso ya que de alguna manera se muestran los posibles interrogantes y caminos para resolver la pieza. Los artistas experimentan junto al espectador lo que funciona o no, aparte de despertar nuevas preguntas para seguir trabajando.

La segunda presentación fue para 4gatosBaixochan con Milagros Galiano. Daremos una mención especial por un cambio de última hora, puesto que una de las integrantes, Irene Sequeiros, se lesionó el día del pase general y hubo que cambiar la programación para que ellas siguieran en la presentación. De esta forma, Milagros creó una divertida puesta en escena del propio accidente.


Reclutó a uno de los espectadores para resolver la ausencia de Irene. Su manera de adaptar este accidente surgió de manera fresca y brillante. Con sencillez y claridad, llegó a todo público y además hemos de destacar la limpieza de su técnica, que acompañó la dramaturgia de una magnífica pieza improvisada.


Por último tuvimos a David León con “El amado” de Gruñidos Salvajes.
Esta vez la puesta en escena y la intención eran de una pieza casi acabada. Una propuesta barroca donde el creador utilizaba una serie de objetos muy ocurrentes que generaron una buena espectativa, pero que luego no se pudo solventar del todo. Desde la fusión del circo (equilibrios con frutas como granadas y mazas) jugó con la idea de “Un David” en lucha, con el equilibrio del esfuerzo físico, con la belleza de la propia escultura de Miguel Angel…
Uno de los errores más importantes fue utilizar a un actor para hacer de escultor y pseudo maestro-dios. No se entendía, incluso resultaba que estaba totalmente fuera de lugar. Agradecemos el coraje de David pero tuvimos la impresión que el trabajo de dirección falló y fue una pena. Lo cual destruyó la comunicación con el público y con lo que se quería transmitir.


Desde Masuno en Escena valoramos el impulso de la Cía.lamariMorena con 4ª&Vencida y en especial a Daniel, técnico audiovisual, quien estuvo ayudando e intentando resolver problemas durante todo el proyecto.

Fotografías de Raúl Orte.

sábado, 23 de abril de 2011

Programación Mayo 2011


Mayo 2011 Ciclo organizado por Maite Larrañeta

- VIERNES 6
El Molino Rojo C. Embajadores 53.
21h. LA CASA ANIMAL (Encuentro de improvisación).
Danza: Ana Cruseilles y Lucía Marote.
Música: Antonio Dueñas y Peter Memmer.

- VIERNES 13
El Molino Rojo C. Embajadores 53.
21h. VOLÁTIL (Trabajo en proceso).
Danza: Myriam Agar.
Música: Luis Tabuenca.
La volatilidad y la mutabilidad del movimiento hecho sonido.

- VIERNES 20
El Molino Rojo C. Embajadores 53.
21h. ANUNCIACIÓN (Trabajo en proceso).
Dirección: Jesús Rubio Gamo.
Intérpretes: Alba Lorca y Carlos Martín.
Ballet narrativo en dos actos sobre la pareja; sobre la imposibilidad de concebir, de fecundar, de procrear; sobre la búsqueda de formas que lleguen a parecer llenas del contenido del que adolecen; sobre los rituales que nos hacen sentir tranquilos al anochecer.

Para más información o si deseas enviarnos tu propuesta, por favor contacta con nosotros en escena@espaciomenosuno.com o pregunta por Mari Cruz Planchuelo en el 660.527.574

miércoles, 6 de abril de 2011

Hisako y Rombolá: Texto crítico y fotos



Contar lo que fue la puesta en escena de Hisako Horikawa y Alessandra Romobolá supone ajustar a palabras algo que, para mí, sobrepasó esta dimensión muchas veces limitante. Pero cuento con algo a mi favor, y es que me emocionó.

Hisako se expresa por medio de una técnica creada por ella misma junto a Min Tanaka: el body weather, que concibe el cuerpo como materia que cambia constantemente, como lo hacen el clima y la atmósfera; y Alessandra se expresa a través de la improvisación musical y con muy diversos «instrumentos». Asistimos a un suceder de emociones y realidades diversas que cada una entrelazó fiel a la escucha de sí misma, y no fue necesario mayor argumento, pues se dejaron sentir razones que no atienden a la razón. En su puesta en escena se respiró el compromiso con el momento y una presencia imponente.

Hisako compartió una experiencia de vida generosa y valiente que nos regaló en su entrega en cada uno de sus movimientos; un trabajo que nace de la escucha de las sensaciones, de la confianza en la sabiduría del cuerpo y de las emociones traídas al ahora y surgidas de él. Se expresó a través de muy diversas imágenes que contuvo en su forma más explicativa y potenció en una expresión más sutil. Participamos de un viaje a través de numerosos seres, organicidades, sentimientos, sensaciones a flor de piel, calidades de tono corporal, edades, rostros, manos, extremos, pasos, cada cual habitado plenamente; siendo en sí mismo y a la vez brotando de los demás o dándoles paso. Dio espacio para que cada espectador derramara en sus imágenes las propias y se escuchara en la fortaleza del ser humano, en su sobrecogedora debilidad, en la temprana consciencia de un ser vivo, en la ternura, en la incomprensión, en la fe, en la experiencia despreciada, en el dejarse caer, en la extrañeza del mundo, en el desaliento, la alegría de vivir, la lucha sin sentido, la comicidad de la existencia y en su maravilla. Logró hacerme entender que el body weather proclama la sabiduría del cuerpo y la fuerza del alma del ser humano, y que despierta la conciencia de algo más sutil de nosotros mismos. Bastaron dos coletas y un chubasquero rosa para revelar tal generosidad. Desde el principio, una increíblemente poderosa bajada por las escaleras, hasta el final, un bis de despedida rebosante de alegría y agradecimiento, jamás se detuvo su vivencia interna y en todo momento estuvo conectada con el espacio y el público. Tras penetrar y arañarnos donde emociona para bien y para no tan bien, supo dejarnos con una sonrisa en la cara.


Alessandra dio muestra de gran riqueza creativa, tanto por los instrumentos que utilizó como por su interpretación, y de una puesta en escena igualmente intensa. Escuchó sus pulsiones internas tomando partido firmemente en unos momentos y dejando en otros vía libre al transcurrir del tiempo. Hizo del silencio parte de su música. Sugirió y supo hacerse delicada, contenida, intensa, apoteósica, deambulante… Otro viaje lleno de sugerencias firmemente habitadas por la música.


Dos artistas que viajaron dos caminos en paralelo y se sugirieron desde la distancia. Ojalá os hayáis dejado ir con ellas y ojalá hayan despertado muchos espacios olvidados de vosotros.

Olga Martínez Yuste

Fotografías de Lucie Geffré


sábado, 2 de abril de 2011

Quijote Gata Kalashnikov, texto crítico.





Maña extremeña.

Imagínense a Samuel Beckett, a los de Airbag y a Paco de la Zaranda en un puticlub de la A5. Pues esta propuesta, Quijote Gata Kalashnikov, los pone en la coctelera y los agita a ritmo de Porrina de Badajoz, en una maravillosa apuesta por el acento pacense y el ritmo del sur. La obra pone como excusa la trama de dos utópicos revolucionarios que entran en un puticlub para liberar a Rosa, una especie de Dulcinea a la que ambos aman. Una pieza con dos actores de camisa blanca y pantalón negro a lo Miguel Hernández. En medio de todo esto poca cosa: unas cortinas, telas, macetas, unos zapatos de tacón rojo y una mesa con dos sillas, que ya nos anuncian que algo muy teatral va a ocurrir.

Toda la primera parte de la pieza es un delirio escénico a dúo asimétrico, basado en la astracanada absurda. Un constante malabarismo vernáculo que por momentos parece más castúo que castellano, donde las más de las veces no se sabe qué es gesto y qué es palabra. Un soberbio ejercicio de arrancar al cuerpo una actuación visceral. Pero el divertimento se viene
abajo en la breve segunda parte, cuando hay que tomar las riendas de lo que se quiere contar.


En la segunda, los personajes cambian repentinamente y el giro dramatúrgico se le viene encima al espectador sin saber muy bien a qué viene el pavoroso drama. De repente el gag se transforma en texto y nos encontramos con un cambio de registro absolutamente inocuo e incomprensible, con la única finalidad de formalizar la historia. Una pena porque en sí, sin magnas pretensiones, la pieza es un juguete escénico en manos de dos pícaros, con transiciones muy bien resueltas gracias a Javier Alcántara que hilvana las escenas con sus suaves guitarras, y una disposición escénica que entrega todo el peso a los actores sin más artificio que el que crean los cuerpos.


Quijote Gata Kalashnikov es un lejano intento de actualizar al iluso Alonso Quijano y contemporizar con la risa del público. Pero el drama psicológico se vuelve intolerable y el manifiesto político pueril. En fin, una carcajada fallida.

                                                                                                                                     Jesús Álvarez








                                                                                                                                            
Fotografías de Raúl Orte