THE ILLUSION OF CHOICE o cómo el Pop relata su propia muerte.
Participantes: Maite Dono, Narcoléptica y Javier Montero
Autor: performance de Javier Montero
17 de diciembre 21h
Hoy fue un día más cálido y aunque no se pudo uno quitar el abrigo. Al mirar hacia arriba, nos dimos cuenta que la ventanas estaban protegidas con plásticos y realmente se notaba. ¡Gracias a quien los pusiera!..., ya os contamos como estábamos el viernes pasado, cubiertos hasta las orejas.
Esta vez Maite Dono, Narcoléptica y Javier Montero nos presentaron una escena llena de hojas arbóreas amontonadas, con velas en forma circular, una mesa a la derecha donde Maite tenía sus utensilios para la performance y al fondo a la izquierda Javier y la guitarrista Narcoléptica.
Esta vez Maite Dono, Narcoléptica y Javier Montero nos presentaron una escena llena de hojas arbóreas amontonadas, con velas en forma circular, una mesa a la derecha donde Maite tenía sus utensilios para la performance y al fondo a la izquierda Javier y la guitarrista Narcoléptica.
Comenzaron a oscuras con ambientes envolventes donde Maite se transformaba.
Su voz con un grito agudo, nos cantaba con alaridos, una presencia que llenaba en absoluto el espacio, se sentía la pureza del instante.
La pieza partía de una estructura en la que usaron determinados materiales en improvisación (textos, medias en la cabeza, lámpara, rotuladores, manzanas…). La utilización de estos fue por unos momentos muy buena, por otros débil. Maite intentó sostener la escena una hora y se requiere de una concentración extrema ya que ella accionaba en cierta manera todas las escenas y no se percibía mucho apoyo del equipo. Se deseaba mayor honestidad ya que de alguna manera se refugiaron en los objetos que habían seleccionado. Una propuesta interesante con potencial en los veinticinco primeros minutos pero con una debilidad en la sucesión de las siguientes escenas. Los textos denunciaban con despotismo la realidad de una sociedad anclada en reglas, leyes y sinsentidos. La fórmula era una agresión verbal que se hacía poesía, con mucha calidad sobre todo por como Maite la impregnaba de su voz y presencia.
Su voz con un grito agudo, nos cantaba con alaridos, una presencia que llenaba en absoluto el espacio, se sentía la pureza del instante.
La pieza partía de una estructura en la que usaron determinados materiales en improvisación (textos, medias en la cabeza, lámpara, rotuladores, manzanas…). La utilización de estos fue por unos momentos muy buena, por otros débil. Maite intentó sostener la escena una hora y se requiere de una concentración extrema ya que ella accionaba en cierta manera todas las escenas y no se percibía mucho apoyo del equipo. Se deseaba mayor honestidad ya que de alguna manera se refugiaron en los objetos que habían seleccionado. Una propuesta interesante con potencial en los veinticinco primeros minutos pero con una debilidad en la sucesión de las siguientes escenas. Los textos denunciaban con despotismo la realidad de una sociedad anclada en reglas, leyes y sinsentidos. La fórmula era una agresión verbal que se hacía poesía, con mucha calidad sobre todo por como Maite la impregnaba de su voz y presencia.
Improvisar siempre es un riego pero en este caso fue un riesgo no asumido y se quedaron anclados en la estructura.
Es inevitable que el conflicto aparezca cuando son materiales que en realidad no tienen nada que ver, pero igual hemos visto en otras presentaciones que puede formularse.
Es inevitable que el conflicto aparezca cuando son materiales que en realidad no tienen nada que ver, pero igual hemos visto en otras presentaciones que puede formularse.
Agradecemos muchísimo su presencia y lo fácil que fue trabajar con Javier y Maite, personas muy cercanas y profesionales que cuidaron la preparación, concentración y propuesta ya que como sabéis, Masuno en Escena y El molino rojo tienen los mínimos recursos y cuando vienen artitas de su calidad y compromiso se nota y todo se torna más fácil. Nos veremos en las próximas. Gracias.