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martes, 7 de junio de 2011

Volátil: Texto crítico y fotos



Compositores: Peter Ablinger, Iannis Xenakis,Vinko Globokar

Viernes 13 de Mayo

“Volátil”

Danza: Myriam Agar

Música: Luis Tabuenca

Luis Tabuenca nos hizo una presentación formal de la pieza explicando que se dividía en cuatro partes y que la primera, tercer y cuarta eran piezas de los compositores :
Peter Ablinger, Iannis Xenakis y Vinko Globokar.

Comenzaron con una puesta en escena que justificaba la composición. Consistente en una serie de trapos mojados que a modo de ritual pendían de una cuerda goteando sobre cristales. La afinación se debía a los diferentes tamaños de los cristales cuando el agua caía. La dificultad consistió en la propia instalación ya que no se escuchaba como originalmente debiera haber sonado. Quizás los micrófonos, quizás los cristales no estaban colocados de forma adecuada… No hubo un cuidado con la instalación por lo tanto la pieza no funcionó.


Más tarde pudimos ver una segunda pieza que nos cautivó al completo. En el fondo del escenario Luis con un Cello–bombo y Myriam con un cabello negro hasta la cintura. Ella descompuso la figura, su cuerpo se materializaba en forma de instrumento. El sonido y movimiento de su pelo capturó una pieza sonora con intensos despertares.


Tras acabar esta pieza nos trasladaron a otra con el foco inevitable en Luis. Quizás no fue buscado, pero su claridad y precisión en la pieza fue arrasadora. La bailarina quedó en un segundo plano. En esta parte también tenemos que decir que el foco de luz sonaba muchísimo y esto generó malestar. Un descuido nuevamente en la presentación. Se podría justificar por los pocos recursos del molino rojo, pero sería absurdo ya que el artista toma la decisión respecto a como presentar la pieza, adaptarse, escuchar el espacio y responder ante él es la labor de aquel que presenta una pieza escénica o trabajo en proceso.

La cuarta pieza junto a la segunda fueron las más claras. En esta última Luis se puso en el centro del escenario agachado, hecho un ovillo. Era un ser percutiendo su cuerpo de forma nada convencional. Deslizándose con una expresión en el gesto y presencia tan auténticos que nos dejó atónitos. El público descubría la fragilidad y fortaleza de los momentos que revelan la claridad. Una pieza impresionante que nos hizo reflexionar más tarde sobre el individuo en la sociedad, la incapacidad del ser y su capacidad de transformarlo para reafirmarse en si mismo. En las rarezas de uno mismo la forma de aceptarlas y ubicarlas frente a la sociedad.

Un espacio esencial para que el ser humano siga siendo humano.

Fotos: Raúl Orte.